Territorio – Cultura y patrimonio

Nordeste cultural

Los aconteceres de nuestro territorio están ligados a cuatro ejes principales. Uno de ellos es natural: el río Tormes. Los otros tres son ciudades, por orden demográfico: Salamanca, Peñaranda de Bracamonte y Ledesma.

El Tormes fue desde tiempos remotos un recurso primordial desde los primeros pobladores. Testigo de aquellos tiempos es la Cañada Real de la Vizana o de la Plata, uno de los ejes que marcan nuestro territorio de norte a sur, con ramales hacia Medina del Campo y Toro.

La Reconquista fue período clave para entender la ubicación de los pueblos. Se erigieron las poblaciones en lugares propicios para la agricultura y el abastecimiento de agua, estableciendo una ordenación del territorio que en buena parte perdura hoy. Un sector de esa población era mozárabe y participó en la construcción de muchos templos, no sólo en el románico de ladrillo, sino también en el de piedra. La Edad Media fue poblando el río con castillos, iglesias y conventos. Románico y gótico mandaban en el arte.

Los siglos XV y XVI aportaron una etapa de construcción de templos, conventos y edificios civiles. Se afianzó el poder de la nobleza, y entre ella el del Duque de Alba, que dominó varias comarcas de nuestro territorio. Camino de su retiro en Yuste, el emperador Carlos V cruzó alguno de nuestros municipios, como fue Alaraz o Peñaranda de Bracamonte, en el otoño de 1556.

El XIX se inició con la terrible Guerra de la Independencia. Nuestro espacio fue teatro de operaciones, en enclaves como la Posición de San Cristóbal de la Cuesta y la ermita de la Virgen de la Peña en Calvarrasa de Arriba, lugar que sirvió como uno de los escenarios la Batalla de Arapiles.

El siglo XX trajo cambios sustanciales. La agricultura se maquinizó a mediados de siglo, y en esas épocas se acentuó la emigración, que ya tuvo un precedente, hacia América Latina, a principios de centuria. Una edificación moderna y poderosa inauguró una nueva era en el territorio: el azud de Villagonzalo. Se fue desarrollando el regadío y se transformaron grandes superficies de secano.

La capital se extendió hacia sus municipios más cercanos, pero algunas de nuestras comarcas han visto mermar su población, que no se ha recuperado y que pierde gente joven. En el paisaje, las tres autovías que cruzan por nuestro mapa han sido novedades del siglo XXI.

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